
Oscar Opazo respondió a la labor que se le encomendó. Su gol fue la máxima expresión de lo que exhibió ante los estadounidenses.
Queda la sensación que esta Selección Nacional es bipolar. Porque tras el descalabro de la semana pasada ante México –sobre todo, por lo mostrado en gran parte del segundo tiempo-, este martes ante Estados Unidos el 1-1 final permite calmar un rato las tensiones que hay en torno al proceso que encabeza el técnico Reinaldo Rueda.
Porque hubo ratos de buen juego de la Roja, pero son eso, ratos. No hay un rendimiento que se mantenga constante en los 90 minutos.
A fin de cuentas, tras esta nueva paridad –la cuarta en los doce cotejos que han dado forma al derrotero de RR- se pueden determinar algunas definiciones tanto positivas como negativas.
Propuesta táctica. Bajo el argumento de poblar el mediocampo, la Selección Nacional mostró en Houston una propuesta que tomaba elasticidad dependiendo de las incursiones que debían tener por sus bandas los laterales Mauricio Isla y Oscar Opazo. Sumado a eso que se varió, por primera vez desde el minuto inicial en el proceso de Reinaldo Rueda, de Línea de Cuatro a sólo tres zagueros Chile pasaba de un 5-4-1 a un 3-3-3-1.
Esto, porque en el mediocampo el tránsito longitudinal de Arturo Vidal y Diego Valdés, además del retroceso de Esteban Pavez algunos metros, producía esos constantes cambios del dibujo táctico.
Ahora, hay que admitirlo: en un primer momento, cuando se comentaba que se “iba a poblar el mediocampo” dio la impresión que Chile “jugaría a no perder”. Afortunadamente, con lo que fue mostrando el equipo con el transcurrir de los minutos, asumiendo una dosis de protagonismo, ese predicamento quedó descartado. Pero, ¿seguirá descartado dicho predicamento en la próxima Copa América de Brasil? ¿O, en palabras directas, nuestra Selección buscará el tricampeonato continental -postulado que hoy suena a quimera en un alto porcentaje- “jugando a no perder”?
Sistema defensivo. Conforme avanzó el partido, el trio de la zaga se fue acomodando en el campo de juego, llegando sus integrantes bien a los cruces y entregando de buena manera el pase.
Ahora bien, un gran detalle: la constante subida de los carrileros dejan –por obviedad- peligrosas lagunas que, como siempre se ha expuesto en esta tribuna, ante una oncena de mayor linaje futbolístico que la estadounidense –con contragolpe más letal o uno o más habilidosos que podrían sacarse la marca con un toque- pueden costar caro.
Sistema ofensivo. Esta vez no se notó tanto “la soledad” de Nicolás Castillo en el frente porque se evidenció mayor volumen ofensivo con la llegada de, hasta, seis hombres a los límites del área estadounidense. Sólo falta dirigir mejor la pelota hacia la portería para ponerle la firma a todas esas incursiones.
También, el hecho que en el segundo tiempo la defensa local haya reforzado su sector izquierdo denota que, nuevamente, las incursiones de Mauricio Isla son una de las especialidades en ataque de la actual Selección Nacional.
Ahora bien, se puede apelar al libre ejercicio de la elucubración para deducir que el hecho de que haya formado en solitario, en los últimos cotejos, Nicolás Castillo se debe a que no se ha podido contar con Alexis Sánchez. ¿Formará el delantero del Arsenal junto al centroatacante del América, en la Copa América? Porque que vuelvan a llamar a Eduardo Vargas, para alinear a una línea ofensiva con tres jugadores y así aumentar las probabilidades de gol, a esta altura ya es una utopía.

Arturo Vidal lució lo de siempre: despliegue, toque y carácter.
Puntos fuertes. Las incursiones nacionales se focalizaron, como ya se expresó, por las puntas donde Mauricio Isla y Oscar Opazo fueron protagonistas son sus respectivos desdoblamientos. Ambos laterales abrieron la cancha con sus piques –y marcando goles, como fue el caso específico del Torta-.
Otro argumento ofensivo fue la búsqueda de las transiciones rápidas con balón, aprovechando los cambios de frente largos desde el fondo –sobre todo, desde los botines del líbero Gonzalo Jara- para evitar la burocracia del mediocampo buscando, sobre todo, a los ya nombrados carrileros.
También, la rotación rápida de la pelota –escondiéndosela a los gringos– avanzando con sucesivos toques que desarmaban a los rivales, produciéndose espacios por donde ingresar a campo rival.
Puntos débiles. Como ya se enunció algunos párrafos más arriba, hubo enredos en la defensa chilena en el principio del cotejo, no se acomodaban a la Línea de Tres dejando los espacios que, con una buena habilitación rival, podía provocar estragos. Tal como sucedió con la apertura de la cuenta antes de los cinco minutos. Ese primer combo demostró que no había coordinación en la zaga chilena. Además, los pases al vacío de los norteamericanos complicaron a la testera nacional.
Son detalles a corregir con urgencia, porque cada vez que los estadounidenses pudieron profundizar sus ataques –con pases largos o incursiones en velocidad- pillaron mal parada a la zaga chilena.
Derivado de lo anterior, eso marcó diferencia con los ataques de la Roja porque, si bien nuestro representativo tuvo más control del balón, los ataques fueron menos de los que anotó el conjunto local. Por ende, es majadero reiterar que Nicolás Castillo tuvo que bancarse en solitario la recepción del pase para intentar buscar la personal o buscar la combinación con algún compañero que llegara a la zona. En simples palabras, falta explosión para sorprender al rival a contrapié y lograr una efectiva profundidad.
EE.UU. 1-1 CHILE
EE.UU. (4-3-3): Ethan Horvarth; DeAndre Yedlin, Matt Miazga, Omar González, Tim Ream; Cristian Roldan (83’ Jonathan Lewis), Michael Bradley, Christian Pulisic (35’ Sebastian Lletget); Corey Baird (56’ Daniel Lovitz), Gyasi Zardes (78’ Jordan Morris) y Paul Arriola (65’ Will Trapp). DT: Gregg Berhalter
CHILE (3-3-3-1): Gabriel Arias; Gary Medel, Gonzalo Jara, Guillermo Maripán (69’ Sebastián Vegas); Mauricio Isla, Esteban Pavez, Oscar Opazo; Arturo Vidal, Charles Aránguiz (89’ Jimmy Martínez), Diego Valdés (69’ Erick Pulgar); Nicolás Castillo (85’ Diego Rubio). DT: Reinaldo Rueda.
Goles: 1-0, 3’ Christian Pulisic (USA); 1-1, 8’ Oscar Opazo (Chi)
Árbitro: Daneon Parchment (Jamaica)
Estadio: Dynamo Stadium de Houston
Source: Cortesía de la Guioteca.com