Cerró la zapatería de Antonella Roccuzzo. El emprendimiento de la esposa de Lionel Messi duró menos de dos años. La franquicia de los zapatos Sarkany, abierta en el centro de Barcelona junto a la esposa de Luisito Suárez, no completó siquiera un par de temporadas. El local perdió 150.000 euros, no es rentable y dejará a fin de mes vacíos los 400 metros cuadrados de superficie que Antonella escogió en uno de los barrios más cotizados de la ciudad.
Antonella y Sofía Balbi, a toda sonrisa el día de la inauguración.
Fue el medio Expansión quien adelantó el cierre, que ocurrirá a fin de mes. Pero en seguida otra lectura se desprende del triste hecho. Antonella, lejos del perfil de las demás esposas de los futbolistas, está embarcada en la travesía de obtener reconocimiento propio. ¿Por qué? Tal vez tenga algo que ver aquella vieja polémica con Shakira.
En cada red, en cada artículo, en cada posteo, las fans de la colombiana le recordaban a Anto que la artista era reconocida por su talento. ¿Habrá algo de eso? Es posible que no.
Pero el hecho no deja de ser triste y frustrante, como cada vez que falla un nuevo emprendimiento, iniciado a toda sonrisa y con sueños y expectativas depositadas. De quien sea, en la ciudad que sea, del producto que sea. Una cortina baja, un escaparate sucio, empleados en la calle. Ojalá Antonella se recupere y vaya por la revancha: porque lo importante no es la caída, sino como te levantas tras ella. 
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