Una vez mas, una conferencia de prensa fue el lugar para el desahogo. Para que los protagonistas expliquen un grave problema que los aqueja. Sentados en una silla, en soledad, enfrentando a muchos periodistas que se ven obligados a preguntar.
Primero fue Andy Murray: el escocés anunciaba su retiro en el corto plazo por las lesiones en la cadera, y su estado anímico era el peor que se pueda imaginar.
Y ahora fue Victoria Azarenka la que brindó un testimonio cargado de desesperación, traducido en un mar de lágrimas. La tenista bielorrusa, ex número 1 del mundo y actual 53, continúa luchando por la custodia de su hijo Leo Alexander.
Pese a que en mayo de 2018 había conseguido -juego de palabras mediante- una pequeña victoria legal contra su ex Billy McKeague (le permitieron viajar junto al niño), su lucha continúa. Ella quiere la custodia y sigue peleando para conseguirla.
Luego de caer en la primera ronda del Australian Open ante Laura Siegemund (110), explicó el feo momento que está pasando desde hace 2 años. Ya lo había hecho en una publicación en las redes, cuando su lugar en el ranking era aun peor, y ahora lo hizo en vivo y en directo. Fue la última y pregunta y al mismo tiempo la más difícil.
Le consultaron si prefería no responder, pero ella dijo que sí. En un crudo testimonio, aseguró que “he pasado por muchas cosas en mi vida y a veces me pregunto por qué, pero creo que esto me hará más fuerte. Quiero creerlo. A veces solo necesito un poco de tiempo, paciencia y apoyo”, comenzó diciendo Azarenka.
Siguiendo con el relato, señaló que “es una lucha muy dura para mí. Puedo seguir repitiendo esta palabra, que estoy “luchando” ahora mismo”, agregando que “fallar es cuando te rindes y no lo intentas de nuevo. Pero estoy luchando. Voy a seguir luchando y salir de esto. Eso es lo que tengo que hacer. Es lo que voy a hacer”, insistió.
Desde el minuto 9, el dramático descargo de Azarenka
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